Viajando de nuevo a la Luna: la misión Artemisa II ... ¿Cómo nos beneficiará?

 

                                        Foto: Agencia Europea del Espacio

Por: Claudio Antonioli

La misión Artemisa II de la NASA está destinada a ser el siguiente gran paso en la exploración espacial, marcando el regreso de la humanidad a la Luna después de más de cinco décadas. Programada para lanzarse en noviembre de 2024, esta será la primera misión tripulada del programa Artemisa, que busca establecer una presencia humana sostenible en la Luna y preparar el terreno para futuras misiones a Marte.

La tripulación de Artemisa II está compuesta por astronautas experimentados que llevarán a cabo un sobrevuelo alrededor de la Luna, la primera vez que seres humanos viajan tan lejos desde la última misión Apolo en 1972. Al mando estará Reid Wiseman, veterano astronauta de la NASA y piloto de la Marina de los EE. UU., acompañado por Victor Glover, Christina Koch, y el astronauta canadiense Jeremy Hansen, quien será el primer no estadounidense en viajar al espacio profundo. Estos astronautas no solo realizarán el vuelo orbital, sino que también pondrán a prueba los sistemas de soporte vital y la tecnología clave para futuras misiones de larga duración en la superficie lunar.

Entre los aspectos tecnológicos más destacados de la misión se encuentran:

  1. La nave espacial más poderosa jamás construida: Artemisa II utilizará el cohete SLS (Space Launch System), el vehículo de lanzamiento más potente en la historia, diseñado para transportar cargas pesadas y humanos más allá de la órbita terrestre baja. Este cohete permitirá la capacidad de llevar tripulación y grandes equipos a la Luna en misiones futuras.
  2. Primera misión tripulada con la cápsula Orión: La tripulación viajará a bordo de la cápsula Orión, diseñada específicamente para misiones en el espacio profundo. Este será el primer vuelo tripulado de Orión, que ya ha sido probado en la misión no tripulada Artemisa I en 2022. Con un escudo térmico mejorado y sistemas de navegación avanzados, Orión garantizará la seguridad y el éxito de las misiones más allá de la órbita terrestre baja.
  3. Avances en soporte vital y tecnología de supervivencia: El sistema de soporte vital en la cápsula Orión se pondrá a prueba en condiciones reales de espacio profundo, asegurando que los astronautas puedan vivir y trabajar durante largos periodos en un entorno completamente hostil. Este tipo de tecnologías serán vitales para las misiones más ambiciosas en Marte.
  4. Nuevas tecnologías de propulsión espacial: Artemisa II incluye pruebas de nuevos sistemas de propulsión, diseñados para hacer más eficientes los viajes interplanetarios. Estas innovaciones permitirán que las misiones a la Luna y Marte se lleven a cabo con mayor seguridad y velocidad, abriendo nuevas posibilidades en la exploración del sistema solar.
  5. Sistemas de navegación lunar de precisión: Una de las innovaciones clave será la prueba de nuevos sistemas de navegación autónoma que permitirán a las futuras misiones aterrizar con mayor precisión en la Luna, incluso en áreas previamente no exploradas. Este avance será crucial para misiones que necesiten aterrizar en zonas específicas ricas en recursos para estudios científicos o la futura construcción de bases.

La misión también tiene un componente clave en el desarrollo de infraestructura lunar. Artemisa II allana el camino para futuras misiones en las que los astronautas aterrizarán en la superficie lunar, como la Artemisa III, programada para 2025, la cual llevará a la primera mujer y a la primera persona de color a la Luna.

Con una duración aproximada de 10 días, la misión Artemisa II marcará el comienzo de una nueva era en la exploración espacial humana, al extender nuestra presencia más allá de la órbita terrestre y preparar el camino para una exploración lunar sostenible. La tripulación regresará a la Tierra a mediados de diciembre de 2024, tras completar un sobrevuelo que permitirá probar todos los sistemas críticos de la cápsula y del cohete SLS.

La misión Artemisa no solo representa un paso hacia el regreso a la Luna, sino también una apuesta por el futuro de la humanidad como especie interplanetaria. Con cada avance tecnológico, estamos más cerca de cumplir el sueño de una presencia permanente en el espacio profundo.

Pero la misión Artemisa II no solo tiene como objetivo llevar nuevamente a la humanidad a la Luna, sino que también está desarrollando tecnología que tendrá un impacto directo en la vida cotidiana de las personas en la Tierra. Aquí te explico cómo:

  1. Avances en telecomunicaciones y conectividad: La tecnología de navegación precisa y los sistemas de comunicación que se están probando en Artemisa II podrán mejorar nuestras redes de telecomunicaciones. Esto podría traducirse en internet más rápido y confiable, especialmente en áreas remotas donde actualmente hay poca o ninguna cobertura.
  2. Energía renovable: Los sistemas de propulsión y tecnologías de soporte vital están diseñados para ser más eficientes en el uso de energía. Estos avances se podrían aplicar en el desarrollo de mejores baterías y sistemas de energía para uso cotidiano, desde teléfonos hasta autos eléctricos, con mayor duración y menos consumo.
  3. Materiales más duraderos y eficientes: La cápsula Orión y el cohete SLS están diseñados con nuevos materiales resistentes y ligeros. Estas innovaciones podrían traducirse en productos de consumo más duraderos y ligeros, desde dispositivos electrónicos hasta automóviles, mejorando la sostenibilidad y la eficiencia energética.
  4. Salud y medicina: La tecnología de soporte vital que se está probando en condiciones extremas en el espacio también tiene aplicaciones en el ámbito médico. Sistemas avanzados para mantener a los astronautas saludables pueden derivar en innovaciones para el cuidado intensivo, tratamiento de enfermedades y mejoras en la telemedicina, permitiendo mejores diagnósticos y tratamientos a distancia.

En resumen, las innovaciones tecnológicas de Artemisa II tendrán aplicaciones que beneficiarán la vida diaria de las personas al mejorar la conectividad, el acceso a la energía, la durabilidad de los materiales y los servicios médicos, satisfaciendo necesidades esenciales para el futuro.

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